Comenzaron las corridas de toros en la feria de San Fermín. Un año más, las peñas inundaron el coso de Pamplona y la emborracharon de sus canticos, calimochos, trompetas cansinas y de la siempre eterna chica ye-ye.
Ese mismo le faltó hoy a los toreros, ser más ye-ye, porque la corrida de Torrestrella, ofreció embestidas para triunfar. Pero claro, no lo pusieron en bandeja, y los toros exigieron el carnet que hoy los toreros no supieron enseñar.
Empiezo por una decepción. Ya sabía yo de las carencias de Esaú Fernández, pero las ganas que puso en Sevilla, me ilusionaron. Hoy, en su primera corrida de toros después de tomar la alternativa, lo he visto perdido y sin esa garra o transmisión que le intuimos en Sevilla. Navegó sin rumbo con un tercero, que duró poco y que no supo administrarlo, bien es verdad que fue pesimamente lidiado por su cuadrilla, y con un sexto gigantón, que no tuvo clase pero sí mucha manejabilidad.
Y si no quieres caldo, dos tazas. Arturo Saldivar también dejó mal sabor de boca. No le diré nada por el segundo, porque fue un toro peligroso y que tenía en sus puntas olor a enfermería. Saldivar estuvo varias veces a punto de oler esa fragancia, sobretodo, al abrirse de capa con él, donde fue cogido espectacularmente, y donde San Fermín le puso su capote milagroso. La boca seca la dejo con el quinto, un buen toro de Torrestrella, al que no entendió el mexicano. Se lio a dar pases sin sentido y sin alma.
El lote de la tarde fue a parar a las manos de Rubén Pinar. Al torero, que goza de una suerte envidiable en los sorteos, le correspondió en primer lugar un “pedazo de toro” en presentación. Fue manejable el de Álvaro Domecq, que por el pitón derecho trasmitía más. Pinar tiró de ese pitón primero aceptablemente, luego por el izquierdo bajó el tono de la faena para caer a precipicio cuando volvió con la derecha. Animó al público con unas manoletinas, pero Pinar se dejó por el camino embestidas para torear de verdad. Mató con eficacia y día una vuelta al ruedo tras petición minoritaria. El cuarto, fue pequeño de caja y grande de perchas y este sí que fue un “pedazo de toro” en cuanto juego. Pinar mejoró la imagen, pero sin llegar a explotar la enorme calidad del toro procedente de “Los Alburejos”. Solo conecto con el público en circulares de galería, que tras una estocada le valieron una oreja.
Ficha:
Plaza de Toros de Pamplona. 3ª de feria de San Fermín. Lleno.
Toros de Torrestrella, manejables. Destacó el 4º.
Rubén Pinar: Vuelta tras petición minoritaria y Oreja
Arturo Saldivar: Palmas y Silencio
Esaú Fernández: Silencio y Silencio
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