Permitidme hoy felicitar a mi plaza...

Cada aficionado tiene una plaza con especial cariño. Es esa plaza donde se cimentó su afición, dónde se acudió por primera vez a los toros, donde se conoció el espectáculo, donde de pequeño, agarrado del brazo de tu abuelo, iniciaste el camino para ahora llamarte aficionado.

Mi plaza es el Coso de Sutullena. La plaza de toros de Lorca. Ahí es donde se fraguó lo que luego otras plazas de más categoría, terminaron de aleccionar.

Hoy cumple 122 años. Pero su onomástica lamentablemente se ve envuelta entre escombros y puntales, matojos y pena. Mirando atrás, tal día como hoy, por San Pedro de 1892, la ciudad de Lorca acogía un acontecimiento único. En los carteles de aquel tiempo se anunciaba ya como plaza monumental, porque era capaz de albergar a 10.000 almas. Y para la ocasión se anunciaron toros de Duque de Veragua y Miura que serían estoqueados por Rafael Molina “Lagartijo”, Antonio Reverte y Rafael Guerra “Guerrita”. El primer toro, de Miura, lo lidió Antonio Reverte por deferencia de “Lagartijo”, que cedió el puesto del primer toro a Reverte por ser hijo de lorquinos.

Esta la historia para aclarar que Lorca fue plaza de figuras, porque todas se anunciaron en el coso de Sutullena a lo largo de su historia.

El fatídico 11 de Mayo de 2011 partió el alma de Lorca y la plaza de toros no quedó indiferente. Desde ese día permanece cerrada sin que su propiedad ni el consistorio de la ciudad hayan hecho declaraciones para el futuro del histórico coso lorquino.

Hoy yo no quiero olvidarla, he paseado esta mañana por sus alrededores y he soñado con sus tiempos gloriosos, el aroma a pena se ha transformado por un momento en una sonrisa, en palmas y gloria, en un trincherazo de Pepín Jiménez, en una faena de este a un toro de “El Torero” llamado “Disoluto”, en la cara de José Tomás al ver la lección del torero de Lorca, en Finito, en Joselito, en Morante y su primer par de banderillas, en mi abuelo, en mi padre, en la inocencia de aquel niño que se tomaba un día de toros como el día más importante del año.

A ti que me lees, parte de la familia, santo y seña de esa plaza, algún día volveremos. Luchemos por ella. Y a ti Roque, tertuliano favorito de esas mañanas de ventana en el sorteo, también sales en el sueño.

Pese a todo ¡Felicidades Sutullena!