Dicen
que la verdad duele y hoy la voy a contar, aunque duela. Ayer fui a una
novillada en mi ciudad organizada por el padre de un novillero local. Lógicamente
en el cartel estaba el hijo del empresario y los tendidos se llenaron en la
mitad del aforo. Más de la mitad de esa mitad de aforo, eran pases a favor de
gente conocía por el novillero y eso se notó en toda la tarde. Todo estaba
preparado para que el chaval triunfara. Pero lo que no puede ser es que el
triunfo se de tan sólo por la presencia, cortó el paisano tres orejas y un rabo
totalmente inmerecidas. No es que estuviera mal, pero su balance tendría que
haber sido de oreja y oreja.
Si alguien
se cree que esta beneficiando a los novilleros premiándolos con triunfos que no
se ajustan con lo que realmente pasa en el ruedo, se equivoca. Hoy habrán
disfrutado enormemente, le han dado un día alegre al chaval, le han lanzado las
flores preparadas para el y la presidencia le ha premiado por montar toros en
una ciudad sin plaza, desde hace dos años, pero que nadie se olvide que el
banderillero que actuaba a las ordenes de ese chaval y que también es paisano
de la localidad, toreaba igual que el chaval y esta de banderillero. El toreó menos, porque
la economía familiar no le permitió montar novilladas e incluso sus triunfos
fueron más a ley porque no había ninguna presión para llevárselo a hombros.
Con
eso quiero decir que esto esta muy mal y que todo el mundo no vale. Para
destacar hay que mostrar al menos formas y no el trapazo jaleado que tanto daño
esta haciendo.
Este
sólo es un ejemplo de innumerables que pasan en este mundo.
En el
twitter de @TodoToros podéis saber donde
he estado y descubrir de quien hablo.
Posdata:
No me gustan las plazas de toros portátiles. Un buen tema para este invierno. ¿Se
montan partidos de futbol en medio de una rambla? ¿Y de baloncesto en un
patatal? Pues con las corridas de toros debería de pasar lo mismo. Demos
seriedad a la fiesta.
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