Siempre
en la misma dirección, muchas cuadrillas se adentran en el túnel del fraude. El Convenio Colectivo Nacional
Taurino establece el sueldo que debe cobrar un hombre de cuadrilla en los
diferentes espectáculos dónde actúa. Pero cuando ese subalterno se salta a la torera el convenio y participa por la
mitad de lo que establece, por menos de la mitad, en innumerables ocasiones, se
adentra en el agujero negro, daña a la fiesta y se carga la dignidad de sus compañeros
que van por derecho.
Lamentablemente,
el túnel anda lleno. Los tiempos por los que pasamos han hecho que el túnel
tenga retenciones altas, ya no hay tantos espectáculos y los subalternos
acechan como hienas a todo festejo que se precie.
Los
jefes de filas, si no son los mandamases, andan cortitos también, los
empresarios les ofrecen contratos basura, con los que no pueden ni pagarse los
gastos y que por supuesto no les da para pagarle los mínimos a la cuadrilla que
elija, por eso, muchos van a pescar al túnel.
No me equivocaría
si dijera que al menos el 70% de espectáculos que se celebran en plazas de
tercera y portátiles están inundados por gente del túnel.
Hasta
ahora todo estaba calmado para ellos, todos en la misma dirección y ninguno atreviéndose
a decir quien ejerce esa práctica. Pero está la cosa muy achuchá y subalternos
que van por derecho se están quedando parados. En el túnel hay actividad y
muchos están dispuestos a dar nombre y apellidos de defraudadores. Muchos ya
revisan, si se les declaro que cobraron los mínimos, pero en realidad cobraron
la mitad, es su escudo contra la justicia. Pero parece que por el túnel aparece
alguien en dirección contraria. Pánico.
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