Madrid
cerraba San Isidro con reencuentro. Los Miuras volvían a pisar las Ventas.
Ganadería santo y seña del campo bravo español, e imprescindibles en este largo
ciclo continuado. Jamás debieron estar tanto tiempo apartados. Por presentación
la corrida fue todo un espectáculo. Y el resultado en cuanto al juego más que
satisfactorio.
Tres toros de seis. Dentro de esos tres buenos, dos fueron para
formar un lio en Madrid y el otro para salir con balance positivo de la feria.
La
lista no se agrandó porque al primero lo mataron en varas. Puyazo asesino del
picador de la cuadrilla de Rafaelillo. Pegando esos puyazos es lógico que el
toro llegue parado a la muleta. Ese picador debería estar propuesto para
sanción. Pero aparte de exigir profesionales encima de los caballos de picar,
hay que exigir una puya menos dañina y que favorezca el espectáculo. Si se
junta un inconsciente con esta puya navaja que tenemos ahora ocurre la matanza
de Texas. Como vimos con el primero.
Aun
así el toro se movió, mostró calidad pero se apagó enseguida.
El
cuarto se dejó también. Había que estar listo y colocarse en el sitio y
distancia adecuados para que le toro respondiera. No estuvo Rafaelillo acertado.
Si cuida al primero y se entiende con el cuarto estaríamos hablando de dos
posibles orejas. Y Rafa no dijo nada.
Lote
importante el de Serafín Marín. Se dejó ir de todas todas, un toro de calidad
infinita por los dos pitones, humillador y templado. Aguilero se fue con las
orejas puestas al desolladero. No se encontrará Serafín trenes que hablen tan
claro para triunfar. Pero Serafín se quedó mudo. Y el público esperando toreo. El
sexto se enteró pronto y no pudo haber faena lucida.
En
quinto lugar salió un flojo toro de Miura que fue devuelto y remplazado por un
toro de Fidel San Román, deslucido. Pero antes Javier Castaño se dejó ir, y van
ya varias veces, un toro que alimento otra vez a Madrid de Miura.
Zahonero,
que así se llamaba el toro, acudió con alegría al picador en un tercio que te
reconcilia con el tercio de varas. Ese debe ser el ejemplo. Madrid Rugió. Pero
volvió a Rugir con la actuación estelar de David Adalid y Fernando Sánchez en
banderillas. Guapo y bravo toro en el ruedo. Se barruntaba algo grande. El toro
se arrancó con alegría. Fuerza, fiereza, transmisión y para colmo repetía y se
deslizaba por ambos pitones. Pero Castaño no estuvo a la altura. Trasteo despegado
y desangelado. El toro se hizo el Rey. La ovación con petición de vuelta a su
arrastre lo justificó.
Por
cierto, gran brega de Marco Galán y buenos pares de banderillas de José Mora,
Pascual Mellinas y Curro Robles, que también brego bien al sexto.
Ficha:
Plaza
de Toros de Madrid, las Ventas. Domingo 8 de Junio, última de la feria de San
Isidro 2014.
Toros
de Miura, de excelente presentación. 2º Extraordinario, al que se le pidió la
vuelta al ruedo. 3º Bueno. 4º Manejable. 1º masacrado en varas. 6º se enteró
pronto. 5º sobrero de Fidel San Román, deslucido.
“Rafaelillo”:
Silencio y Silencio
Javier
Castaño: Silencio y Silencio
Serafín
Marín: Silencio y Silencio
Entrada:
Lleno de “No hay billetes”
Por
Fran Pérez @TodoToros
1 comentario:
¡Que pena que este toro no le tocara a Perera...! A ver si se apunta a alguna de Miura y de paso que "invite" a alguno de sus colegas del G-5 a ver si aceptan.
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