Hablamos
hoy de la primera Cruzada. El concurso de adjudicación del templo del toreo,
Las Ventas. Todo el planeta de los toros, al mirarse al espejo, quiere ver a
Las Ventas. La plaza goza de salud aparentemente pero si le realizamos un análisis
nos daría, que en varios de sus componentes nos saldría el tan temido asterisco.
Para
que los niveles alterados, como canon de explotación, precios de las
localidades y gestión como plaza de temporada bajen, la comunidad de Madrid
debe de recetar un pliego adecuado a los tiempos.
No está
la cosa para ir jugando con empresas que ofrecen el oro y el moro pero que su
gestión es de dudosa reputación. Tampoco están los tiempos como para conceder
la gestión a grupos de empresarios cuya experiencia, unidos en el sector es baja
o nula, que se lo digan a Taurovent. Si reducimos el cerco, la Comunidad de
Madrid contaría con los dedos de las manos los empresarios que serían idóneos para
el regentar el ruedo venteño. Dentro de esa criba de cinco, habría que ver si
esos ya han sido empresarios de Madrid y evaluar su postulación a la plaza a través
de su anterior gestión en el coso y si sería idóneo o no que volvieran a ser
empresarios de Madrid. Para los otros licitantes, debería de primar la
experiencia en plazas de importancia, pero basando la experiencia en buena
organización de los espectáculos taurinos y no en años de regencia de las
plazas. Un empresario con más de diez años de experiencia en una plaza de
primera cuyo nivel es muy discutible por la presentación de los toros que se lidian
en esa plaza, precio de las localidades de esa plaza y asistencia de público,
no vale para Madrid. A Madrid debe de llegar alguien fuerte, que no se doble
ante las exigencias de los toreros, que tenga claro cuál es el toro de Madrid y
cuál es el espectáculo que quiere ver Madrid. Si eso se une a una nómina de
ideas para salvar la temporada, primando si es posible al abonado para que
acuda a las de fuera de abono a módico precio, buscando la variedad de encastes
y sabiendo en todo momento quien está para venir a Madrid, eliminando de raíz los
carteles de relleno, ese, será el empresario ideal de Madrid.
Y si
el empresario ideal es elegido, tendrá que lidiar con la segunda cruzada, de la
que hablaremos próximamente, y es de cómo sacar adelante San Isidro, ante el
órdago lanzado por los “G” y sus derechos de imagen. ¡Qué comience la batalla!
Por Fran Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario