La
figura del hooligan se adentra en la fiesta. En esta temporada que se avecina,
los aficionados a la tauromaquia de siempre, que pensamos que las verdaderas
batallas se deben librar en el ruedo, criticamos la tauromaquia que nos quieren
imponer las figuras del toreo. Una tauromaquia que se basa en las batallas
fuera de la plaza por cuestiones de dineros, derechos de imagen e imposición
del toro apetecible, quiere decirse fácil.
Las
figuras del toreo se han rodeado de una serie de vende fiestas que se parten la
camisa por defender a este sector de la nueva tauromaquia y que para su
beneficio prostituyen a la fiesta de los toros.
Estos
hooligans son capaces de engrandar el juego del mini toro corrupto que impone
este sector y calificar de morucho el toro con T mayúscula. Son capaces de
silenciar el triunfo de un torero simplemente porque le ha mojado la oreja al
dios, o si no, que se lo digan a Arturo Saldivar o de crear campañas a favor de
un torero del top ten para que este en una feria.
¿Que
clase de periodismo taurino se esta haciendo? Estamos viviendo una época donde
el periodismo de información veraz e independiente al aficionado, ha pasado en
convertirse en una defensión extrema del grupo g.
¿Y
al aficionado quien lo defiende? Al aficionado no lo defiende ni el tato. Pero
encima de todo es que parecemos tontos. Hacen y deshacen a su antojo y nosotros
seguimos llenando ferias de la mentira como la que a comenzado hoy en Olivenza,
con entradas a precios de la burbuja.
El aficionado quiere
verdad, toro integro, completo, no queremos el toro de Madrid en plazas de
tercera pero si un toro proporcional que imponga respeto y que no de lastima. Y
queremos toreros capaces que lo demuestren en la plaza y que no se acomoden por
dar la cara un par de veces. Hay toreros formando grupos que ni la han dado y
otros que la dieron y ya se creen que lo tienen todo hecho. A esos les digo,
que al Barça o al Madrid le exigimos que ganen la Liga todos los años.
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