El
apoderado y preparador de toreros Antonio Corbacho, hombre clave en la forja
taurina del famoso diestro José Tomás, falleció a primera hoy en Madrid, según
han informado a EFE fuente familiares.
Corbacho,
de 61 años de edad, estaba a la espera de un trasplante de hígado tras padecer
durante varios años las complicaciones de una hepatitis C que él mismo achacaba
a una transfusión de sangre realizada tras una de las cornadas que sufrió
durante su etapa de novillero.
Durante
el último mes permanecía ingresado en el hospital Gregorio Marañón, donde era
atendido de varios fallos multiorgánicos que finalmente le han llevado a la
muerte. Madrileño del barrio de Chamberí, Antobio Corbacho debutó con picadores
en La Roda (Albacete) el 18 de mayo de 1975 -donde ya resultó corneado de
gravedad- y fue un novillero sin demasiada suerte hasta su retirada en Sevilla
diez años después, cuando decidió pasarse a las filas de los banderilleros.
Por su
amistad con Victorino Martín hijo, Corbacho comenzó a preparar taurinamente a
un becerrista de Galapagar que era pariente del ganadero y que años después
acabaría convirtiéndose en la primera figura de los últimos años, el famoso
diestro José Tomás. Fue el veterano banderillero, admirador de El Viti, Paco
Camino y El Cordobés, quien inculcó al joven espada durante unos años la
clásica filosofía y la desarrollada técnica del concepto del toreo que le
llevaría finalmente al estrellato taurino.
Sobre
esas premisas éticas y siempre con una peculiar, estricta y durísima
preparación -"yo no soy duro, el que es duro de verdad es el toro",
repetía siempre-, Corbacho entrenó después a otro buen número de novilleros y
matadores que lograron éxitos notables. Además de José Tomás, al que volvió a
apoderar entre las temporadas de 2000 y 2002, Corbacho lanzó y dirigió la
carrera de Alejandro Talavante, hoy también primera figura, y la de toreros
españoles como Gómez Escorial, Sergio Sánchez, Víctor Puerto y Sergio Aguilar,
así como la de los mexicanos El Cuate, Jerónimo, Ignacio Garibay y Arturo
Macías.
Antes
de que su enfermedad se agravara, Antonio Corbacho estaba apoderando al
novillero colombiano Sebastián Ritter, junto al que pisó por última vez el
callejón de una plaza de toros el pasado mes de mayo, durante la feria de San
Isidro de Madrid. Precisamente cerca de Las Ventas, en el tanatorio de la calle
30, sus restos mortales serán velados desde esta misma tarde.
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