Sé que
es una medida que sentaría mal, que muchos no están de acuerdo, pero sobran de
la fiesta las plazas de toros portátiles. Ejercieron su función cuando la
demanda superó a la oferta, pero en estos momentos, de reducción de festejos,
la portátil debe quedar desterrada.
La portátil
es ahora mismo un nido de corrupción taurina. Se están llevando a los pueblos festivales
taurinos donde el espectáculo no tiene nada que ver con un festival, la portátil
nació para que los pueblos tuvieran novilladas sin picadores y espectáculos de
oportunidad, ahora las portátiles alojan espectáculos encubiertos donde toreros
frustrados mediáticos de la talla de Oscar Igares, Víctor Janeiro, Pareja
Obregón y otros del montón, se llevan su parné por mostrar su palmito. Y claro,
en el pueblo, tan encantados, porque creen que el dinero va a parar a la
parroquia. En estos casos, los mediáticos se llevan su parte y el novillero, si
lo hay, actúa por amor al arte, que para eso le han dado el favor.
La
figura también luce el palmito por estas estructuras de madera y hierro. Toda
una ofensa para la profesión. Esta ocupando el lugar de un novillero y donde se
tiene que dar a conocer el que empieza. Como ahora esto esta al revés, el
novillero se parte las piernas con el torazo de Madrid y la figura corretea con
la cabra de la portátil.
Eso de
los festivales tiene su miga, lo primero es que muchos incumplen la inclusión
de un novillero, y lo segundo es que están timando al espectador ofreciendo
como festival un festejo lucrativo para los actuantes y la empresa que lo
organiza.
Algunos ejemplos:
Por una fiesta, mejor, tu denuncias, nosotros publicamos.
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