La
feria de Otoño acabó con una deslucida y mal presentada corrida del hierro portugués
de Palha. Una autentica escalera con toros sin el tipo habitual de la casa.
Corrida de protestas grandes y que quedaron livianas por el hierro que era. Si
los toros llevan otro hierro el trolleo hubiera sido de escándalo. A la
presentación hay que unir un descaste soberbio de la ganadería. Toros que en el
momento que se sentían podidos cerraban la persiana de forma escandalosa.
Ante
semejante panorama los tres toreros tuvieron que tirar de “pico y palha” para
sacar partido a los toros.
Robleño
tuvo como primero un animal que fue sometido a demasiada brega en los primeros
tercios y llego a la muleta limitado. Una tanda duró el animal, en la que
Robleño expresó, luego el animal se vino muy abajo e impidió continuar con el
buen tono de esa tanda. Con el cuarto, que fue un toro muy peligroso, Robleño
tragó quina y mostró un valor impávido ante un toro que se lo quería llevar
para la enfermería. Valor de verdad premiado con una justísima ovación.
Javier
Castaño se la jugó también con un jabonero poco rematado, que hizo segundo. El
de Palha llegó al ultimo tercio soseando y Javier acertó en ponerle la sal a la
sosería del toro, le pudo y el toro cerró la persiana muy pronto. La actitud
del torero fue sensacional, si el toro hubiera tirado hacia delante, le podría haber
formado un lio tremendo. Mató de entera saliendo prendido de forma espeluznante,
saliendo el toreo con la rodilla maltrecha. Fue ovacionado. El quinto fue una
raspa con cuernos, un ciervo más propio de toros de la calle. Blandeó el animal
y llegó al último tercio parado y sin opciones, el torero dolorido de la
rodilla no se dio mucha coba.
Alberto
Aguilar contó como primero de su lote con otro animal que al sentirse podido
tiró la toalla. Aguilar lleno de deseos por agradar, también se metió entre los
pitones, dejando claro que también tiene mucho valor. Con el sexto volvió a
estar todavía mejor ante la imposibilidad del toro, esta vez le puso valor al
cuadrado, la lastima es que falló con la espada.
Tarde
de tres toreros de enorme valor que se toparon con el descaste de los toros de
Palha que decepcionaron en presentación y juego.
Mención
merece un gran tercio de banderillas al sesgo de David Adalid al quinto de la
tarde. Ovación atronadora para este pedazo de banderillero.
Ficha:
Plaza
de Toros de Madrid, Las Ventas. Domingo 7 de octubre. Última de la feria de
Otoño.
Toros
de Palha, mal presentados y deslucidos.
Fernando
Robleño: Silencio y Ovación
Javier
Castaño: Ovación y Silencio
Alberto
Aguilar: Ovación y Silencio
Entrada:
Casi lleno.
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