Sé que
a pesar de los nervios y de lo chica que era la corrida de Garcigrande,
triunfar al lado de Juli y Perera es difícil. Pues ayer Paco Ureña lo logró en Santander.
Y por eso hoy coge el puesto de Miguel Abellán, que hoy no podrá torear en
Santander por resultar herido ayer noche en Valencia, en la corrida nocturna de
la feria de Julio, dónde el madrileño dio otra lección de entrega.
Es
Paco un torero de mi cabecera, más que nada porque lo vi nacer en mi querida
Sutullena. Novillero hecho en el Tiétar, triunfador de aquellas novilladas
nocturnas de Madrid y aleccionado por Manolo Cortés y Manuel Ruiz “Manili”.
Es una
inmensa alegría, tras estos años de lucha donde ni Dios le hacía caso, verlo
anunciado en un montón de plazas con transcendencia y eco. A pesar de que
cuando se anuncie con figuras, ya sea Paco u otro siempre tendrá que ir con el
tipo de toro de las figuras aunque me pese. Sé que a muchos también.
De la
mano de la Casa Chopera ha conseguido sitio, un sitio que debe mantener él, con
triunfos como el de ayer en Santander. De la mano de los triunfos; y ojala que
se quite esos nervios, lógicos, pero que lo atenazan, y conozco bien al torero;
seguirán sus apoderados buscándole sitio. Él tiene la llave. Miedo me da que un
día falle. Ya se sabe cómo se maneja la Casa Chopera.
Es
inevitable hablar de Paco sin acordarme de mi plaza de toros de Lorca. Sé que
soy muy pesado y que siempre termino hablando de ella. Coño, pero como
lorquino, ahora que volvemos a tener torero, no tenemos plaza y eso duele.
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