No me puedo dormir. Pienso en lo que va a suceder mañana en Cataluña. Pienso en como me aficione a los toros, solo en una familia en la que no tenían ni idea. Mi abuelo me los inculco de pequeño, pero se me fue pronto, y no pude disfrutar a su lado de la bravura del toro o de un eterno lance de Morante. Aprendí solo. Observando. La tele mi guia. Distinguía entre lo bueno, lo malo, lo desastroso y lo verdaderamente único. Soy aficionado desde que tengo uso de razón. Mi primer recuerdo, no fue grato, un 1 de mayo del 92, si son aficionados ya saben lo que paso, fue en Tve desde Sevilla. Desde entonces el toreo inundo mi pensamiento. Jugaba al toro. Simulaba festejos taurinos con los playmovil, me fabrique banderillas con los adornos del árbol de navidad de mi madre, me hice un capote con una bata vieja de mi abuela y una muleta con un trozo de sabana vieja y un estaquillador partido que me encontré en la plaza de toros de Lorca. Me imaginaba ser el rey de los toreros, el mejor banderillero, hasta el mejor picador, simulando con el palo de la escoba. Al pinchar una aceituna, cogía dos palillos y simulaba poner un par de banderillas en todo lo alto o al coger una servilleta de papel y enroscarla para que se pareciera a una buena encornadura de un toro. Luego me dio por ser empresario taurino y creaba ferias de relumbrón, hasta un San Isidro, que ya quisieran los Choperas. Todavía tengo guardado aquel cartel. También se metían conmigo amigos, porque decía abiertamente y sin tapujos que soy aficionado a loa toros. "Pero si eso es cosa de viejos"...... y yo les contestaba, pues yo a los toreros los veo cada vez más jóvenes. "Como te gusta eso"...... y yo les contestaba ¿Y acaso tu sabes de que va?. "Pero como pueden matar al toro"......... y yo les decía... ¿Y tu te comes al cerdo vivo?. Tengo 23 años, de los cuales 18 años soy aficionado y no dejare de serlo. He cumplido la mayoría de edad en afición y quiero seguir por lo menos hasta las bodas de oro. Por desgracia no tuve el valor suficiente para ser torero y la vida me llevo por otros derroteros profesionales. Aunque mi sueño sigue siendo dedicarme por cuerpo y alma al toro. Me llamo Francisco y tengo la libertad de decir:
¡VIVA LA FIESTA DE LOS TOROS!
¡VIVA LA FIESTA DE LOS TOROS!
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