Rafael Cerro gana la final de novilladas de las Escuelas Taurinas andaluzas

El extremeño Rafael Cerro vivió la semana pasada la que puede ser, hasta ahora, una de las mejores de su trayectoria como novillero. El joven se proclamó vencedor el jueves del Ciclo de Novilladas de Promoción de La Maestranza de Sevilla (donde cortó las dos orejas de un astado de Carlos Núñez) y ayer fue elegido ganador de la final de Novilladas de las Escuelas Taurinas andaluzas que retransmitió Canal Sur. Rafael Cerro ha ido superando distintas fases previas antes de lograr que el jurado le otorgase 22 puntos en la final que tuvo lugar ayer en la localidad onubense de Aracena.
La corrida comenzó, como no podía ser de otra manera, con la lectura del manifiesto rechazando la abolición catalana de la fiesta y abogando por su continuidad. Fernando Masedo, gerente del Patronato de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, fue el encargado de su lectura. Se lidiaron seis erales de Salvador Domecq, de distinta presentación y condiciones pero que dieron en general buen juego.
Abría cartel Cristian Chía, alumno de la Escuela Taurina de Camas, que recibió al animal con una larga cambiada de rodillas para comenzar la faena por bajo tras brindar a Ortega Cano que se encontraba en el callejón junto a otro diestro retirado, Espartaco. El novillo entró bien por ambos pitones y el sevillano se entendió con él desde el principio. Sufrió una voltereta sin consecuencias que sirvió para que saliese a por todas y después de dos circulares invertidos rematados con un pase de pecho se fue a por la espada. Tuvo suerte con los aceros y paseó las dos orejas. Otra más se llevó tras la lidia del cuarto, al que profirió una faena de valor que demostró recibiendo al animal a porta gayola. Quizás podría haberse llevado otro apéndice más de no fallar con la espada.
Borja Jiménez, de la Escuela Taurina de Espartinas, fue el encargado de la lidia del segundo y cuarto toro. Se gustó con el capote por verónicas y aunque el eral protestó mucho durante toda la faena y en ocasiones se quedó a media embestida, se dejó hacer por el pitón derecho. No estuvo acertado con la espada y recibió una fuerte ovación tras aviso. Al cuarto, con el que no supo conectar con el capote, lo toreó con soltura y cadencia con la muleta y nuevamente falló en la suerte suprema por lo que tan solo fue premiado con una oreja.
Completaba cartel el alumno de la Escuela de Badajoz, Rafael Cerro que fue quien cautivó al jurado con su temple innato y su ligazón con la muleta. Colorado era su primer oponente al que lanceó a la verónica casi en los medios. Cristian Chía hizo el quite que replicó el de Saucedilla por chicuelinas adornándolo con una revolera. Brindó con unas emotivas palabras a sus compañeros de la Escuela Taurina.
No transmitía el eral de Salvador Domecq y lo que no dio el animal lo puso el novillero. Espectacular faena con la muleta muy plástica, con calidad y temple. Destacó con la mano izquierda toreando al natural, muy despacio y derrochando torería. La estocada no fue suficiente y al no estar acertado con el descabello tan solo dio una vuelta al ruedo. Al que cerraba la corrida lo toreó bien en redondo en una faena que inició por alto. Un desplante de rodillas puso fin a una lidia espectacular nuevamente con cadencia, temple y gusto. Esta vez no falló con los aceros y paseó las dos orejas.
Nada más finalizar la corrida, el jurado dio a conocer a las puntuaciones quedando clasificado en primer lugar Rafael Cerro, en segundo Cristian Chía y el tercer puesto fue a parar a manos de Borja Jiménez