En un quite, al quinto, fue prendido de muy fea manera por el pecho. No importó. Flores salio a darlo todo en el sexto, tras pasar por la enfermería.
Volvió a manejar con facilidad y soltura el capote ante un novillo que tuvo un buen arranque pero que duró apenas un suspiro cuando se sintió podido. Otra vez, con el novillo muy parado, estuvo firme y valiente, con un gran concepto del torero especialmente en las distancias. Cuando lo tenía todo para abrir la Puerta del Príncipe pinchó en cinco ocasiones diluyéndose por completo la posiblidad de salir a hombros.
Ficha:
Plaza de La Maestranza de Sevilla. Media entrada.
Novillos de Guardiola.
Martín Núñez: silencio. Silencio
Miguel Giménez: silencio. Silencio
Sergio Flores: oreja y ovacion tras un aviso.
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