La
novillada del lorquino José García Guillen, con el hierro de “Madroñiz” no dio
el juego esperado. Las comparecencias de este hierro no habían defraudado nunca
en la tierra de su propietario, pero hoy no han seguido la racha. Habrá sido
porque habrán notado que ese ruedo no era Lorca y que una portátil no era lugar
para dejar mostrar su bravura en plenitud, cuando Lorca cuenta con un plazón de
Toros, que lamentablemente está dañado y cuyas heridas no se curan por ser
presas de la diabetes de la propiedad, que no ha movido un dedo por arreglar la
plaza. “Sutullena” tiene el futuro como el cielo de la tarde de hoy. Lo mejor
del festival se vio en la actuación animosa de Antonio Ferrera que se centró y
anduvo fenomenal con un manejable toro que se fue viniendo a menos avanzada la
faena, hasta ahí, todo bien, luego la juerga pachanguera de un público que no
reconozco empezó a pedir un injustificable indulto, que el presidente paró por
fortuna. Para Ferrera fueron a parar las dos orejas y el rabo y al toro se le
premió con la vuelta al ruedo. Antes Rafaelillo también dejó buen sabor de
boca, destacando un inicio de faena cadencioso que recordó a sus inicios de
carrera. Luego su apoderado, Dávila Miura, mostró que sigue sabiendo torear y
dejo los muletazos más templados y despaciosos de la tarde. Empataron a orejas.
A partir de ese punto, el festival se vino abajo. Curro Díaz recibió un golpe
del cuarto, en el triángulo de Scarpa, antes de que este se devolviera por
burriciego. El cambio no sirvió para nada porque el sobrero fue peor porque ni
se movió. Paco Ureña dejó un quite antológico en el quinto, y lo que se barruntaba
como gran faena se desmoronó porque el toro derrotó feamente en un burladero y
desde entonces ya no fue el mismo. Ureña mostró voluntad y para el fueron
también las orejas. También mostro ganas Miguel Ángel Moreno ante un novillo
parado y soso al que saco partido. Para él también hubo triunfo.
Diez
orejas y un rabo. Una para el recuerdo de cada víctima que se nos llevó la
madre naturaleza el 11 de mayo, otra para la herida ciudad de Lorca y como hablamos
de toros, el rabo, para esa plaza de Toros, que si nadie lo remedia puede
quedar muerta por ruina. Y no sería la primera, que se lo digan a Cartagena.
2 comentarios:
Lo de la petición del indulto se desató por una señora con la cabeza en las nubes que se encontraba cerca de donde yo estuve. En mi zona, desde luego, el público lo que gritaba mayoritariamente era que lo matara. El propio José García Guillén hizo ademán cuando lo miró Ferrera de que lo matara porque bien es cierto que el novillo tenía gran calidad, pero adoleció de fuerzas e incluso lo tuvo que levantar Ferrera tras la primera tanda cogiéndolo del pitón, de manera que su indulto hubiera sido un esperpento. Menos mal que Pencho estuvo en su sitio.
Con lo de la plaza de toros puede haber una esperanza porque está incluida en el catálogo de bienes a recuperar del Plan Director de Recuperación del Patrimonio Histórico de Lorca, si bien en nivel 2 (no prioritario). Esperemos que haya financiación, cosa difícil, al menos, de momento. Pero dada su antigüedad es un bien a proteger y no está en la situación de Cartagena en cuanto a existencia de restos arqueológicos en su subsuelo.
Bueno, a la señora que pedia el indulto, no hay que hacerle ni caso. Los que ya la conocemos, de verla en la plaza y de verla en algun autocross, sabemos que es la madre de uno de los banderilleros que ayer tarde formaba parte de la cuadrilla de Paco Ureña. Y que le gusta montar su numero por donde va.
Yo coincido contigo Fran, lastima que Curro Diaz no puediera ayer demostrar su arte y su toreo.
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