¿Qué hacemos cuando llegue la ola? |
Lo que se presuponía como un invierno crucial
para la tauromaquia, con concurso de adjudicación de Las Ventas incluido, se ha
convertido en una peligrosa calma chicha.
El pliego de adjudicación de la primera
plaza del mundo ha sido tan restringido y acotado, y por tanto tan fácil de adivinar
su futuro gestor, que la oposición se ha unido al que se da por ganador,
cumpliendo el dicho popular “si no puedes con tu enemigo, únete a él” y ha dejado
un invierno de ideas y confrontaciones sobre el presente y futuro de la fiesta
nulo, a cambio, de su supervivencia en el sector. Al no haber rival, esta unión
prepara tranquila su asalto a Las Ventas, sin estorbos de por medio, con lo que
la imaginación para llegar al trono queda en una peligrosa continuidad.
Tampoco van por buen camino algunos
toreros. Que una máxima figura del toreo, y han sido varias, hayan toreado en
la pantomima circense, en los que unos políticos con complejo de “Bambi”, han
convertido a la feria de Quito, crea un mal ejemplo. Lo siento por esa afición,
pero este año el sector taurino debió de castigar a esa ciudad, dejándola sin
toros, para que sus gobernantes notaran el bajón de ingresos y turismo y vieran
lo peligroso que es jugar con el toro. En lugar de ir a Quito a llenar la saca,
se podían haber quedado a llenar la saca del futuro de la fiesta, con ideas y
soluciones ante una temporada difícil para todos.
Apañados vamos con el sector, porque ni
los ganaderos se ponen de acuerdo. La Unión de Criadores del Toro de Lidia está
haciendo malabarismos para encontrar nuevo presidente, si son incapaces de encontrar
presidente como van a ser capaces de encontrar un punto común de unión para
defender esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario