Con la
ganadería de Garcigrande no es extraño el baile de corrales en Sevilla. Hasta
14 toros se reconocieron, según el parte de la autoridad, para no aprobar ni
una corrida completa. Solo cinco toros de la ganadería titular saltaron a la
arena. Pero es evidente que esto es un problema generalizado en la cabaña brava
actual, donde los apoderados y las figuras (el cliente que cobra), han venido
exigiendo un producto cada vez más noble, más “toreable” y con menor poder.
La
consecuencia es un toro cada vez más descastado y menos bravo que no convence
al aficionado (el cliente que paga). En vez de montar un espectáculo al gusto
del aficionado, se monta al gusto de los toreros. Ejemplos de esto fueron la
corrida del martes, insufrible por aburrida, floja y descastada, y la de ayer,
donde apenas pasó nada.
Y no
pasó nada porque con la sosería de los toros era difícil emocionar a los
asistentes. El primero de El Cid era muy noble por el pitón derecho, por el que
hartó de torear sin ninguna emoción. A su segundo, que se quería rajar, le hizo
una faena en los terrenos del sol, mas compuesta. Lo de Daniel Luque es un caso
digno de estudio. Lleva cinco o seis años colocado como la figura que nunca ha
sido, y sigue sin justificar ni su inclusión en la corrida estrella del Domingo
de Resurrección, ni su repetición año tras año en abono. Arturo Saldívar ha
demostrado su valor en dos faenas en las que ha estado muy quieto, pero tampoco
pasó la cosa a mayores.
Algo
que se debería cuidar son los brindis al público. Ayer lo volvimos a ver en un
toro en el que no se auguraba el éxito. Parece que es algo que se hace para
justificarse, para poder decir ” venia muy dispuesto y con mucha ilusión,
incluso brindé al público, pero el toro no me ayudó”.
Hemos
visto un buen tercio de varas a cargo de Juan Bernal. Dado lo extraño de que
los toros empujen, Luque gritaba a su picador “vale” mientras el toro estaba a
punto de derribarlo. Es mejor sacarle el toro a un picador en apuros que
gritarle cuando no debe soltar el palo. Al final derribó y tuvo que salir El
Cid para alejar al encelado toro del caballo.
Y los
aficionados siguen protestando otra tarde vacía.
Ficha:
Sevilla,
miércoles 7 de mayo de 2014.
Toros
de Jandilla (1º), Garcigrande (3º, 5º y 6º) y Domingo Hernández (2º y 4º), nobles aunque justos de raza en líneas generales. El Cid: Silencio
y vuelta al ruedo; Daniel Luque: Ovación con saludos y silencio; Arturo
Saldívar: Silencio en ambos.
Entrada:
Media plaza.
Parte
médico de Daniel Luque: "Herida por asta de toro en cara posterior de
muslo derecho que interesa planos superficiales, en una extensión de 4-5 cm. Se
hace lavado de herida y sutura de la misma bajo anestesia local. Pronóstico:
Leve. Continúa la lidia"
Por @isanchezmejias
1 comentario:
Lo de Luque solo lo entiende Simón Casas...
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