El
plan director para la recuperación del patrimonio cultural de Lorca, elaborado
por el ministerio de Cultura, ha cifrado en 885.000€ (poco menos de 148
millones de pesetas), la restauración de la plaza de toros de Lorca. El coso de
Sutullena, gravemente dañado por los trágicos terremotos del 11 de mayo, quedó
inutilizado para celebrar cualquier tipo de festejos, estando pintado en sus
paredes el fatídico punto rojo, que los técnicos pintaron al examinar la
estructura del edificio. El punto rojo significa que el edificio tiene
problemas estructurales y se prohíbe su paso. Esto no quiere decir que la plaza
de toros tenga peligro de derrumbe, ya que es posible la solución de sus
problemas estructurales.
Quién
conozca el bello coso lorquino, decirle que los daños se centran en el sector
donde está situada la presidencia y donde están las puertas de toriles, cuya
meseta ha quedado muy dañada.
Al
ser de titularidad privada, dado que la plaza de toros pertenece a las familias
Montoya y Miñarro, y en menor participación a la familia Jiménez; el arreglo de
la plaza de toros corresponde a ellos, y si se da el caso de que la tengan
asegurada, circunstancia que no ha sido aclarada por los propietarios, será el
consorcio de compensación de seguros el que se encargue de valorar y pagar los
gastos de rehabilitación de los daños causados.
Tras
119 años de historia, El coso de Sutullena se ha quedado sin toros por la furia
de la naturaleza. Todavía se espera un guiño del mundo del toro, que perdona
deudas a empresarios rufianes, más millonarias de lo que cuesta la rehabilitación
de la plaza de toros de las Alamedas de Lorca, para que vuelva a lucir
esplendorosa y nos dé tardes de gloria como las protagonizadas por el torero de
la elegancia e hijo de la ciudad, Pepín Jiménez. Para que “Sutulena” vuelva a ser
como dijo el recordado maestro del toreo y el periodismo, Juan Posada: “Esa
moza de cien años que, con el paso del tiempo, está aún más guapa”.
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