Exigente
corrida de los hermanos Lozano, que nos dejaron ver la parte más complicada,
dura e inhabitual de su campo bravo. Una corrida seria, con leña y años, de
comportamiento encastado y que puso en dificultades a los toreros, que lucían
preciosos trajes goyescos en conmemoración de ese 2 de Mayo.
Me dio
la impresión de que a la terna se le fue la corrida, y no por buena, sino por
dura y poderosa. No podemos decir ni atacar tampoco a los diestros ya que ni
mucho menos fue una corrida fácil, pero si esperaba más artimañas y dotes
lidiadoras de los dos primeros, Urdiales y Ferrera, a los cuales se les escapó
el tren del triunfo en segundo y cuarto lugar. Dos toros fieros, con
transmisión y mucha emoción, para poner patas arriba los tendidos. Mucho más
claro el cuarto, al que Ferrera ahogó
desde el inició arrollador, con buenos dotes de torero “viejo”.
Aquí
les contamos lo que pasó toro a toro, al detalle y con el mayor de los
respetos.
El
primero de la tarde fue un animal manso y complicado, incluso con dureza en
todas las partes de su lidia. A pesar de la experiencia le costó a Antonio
llevar las rendas y dominar las embestidas de Cariñoso, que se vio en todo
momento dueño y amo del ruedo venteño. Se dejó dar en varas, cabeceando con la
cara alta y llegó arreando para chiqueros en banderillas. Con la muleta vimos
un Ferrera seguro, poco dominador y tomando precauciones ya que el animal
parecía incierto en todos los embroques. Macheteó sin tardanza y falló bastante
con los aceros.
“Pantera”
fue el segundo de la tarde, más serio y con un garfio por pitón derecho. Suelto
como es costumbre en la casa y sin entregarse en los dos puyazos
reglamentarios. Se creció en banderillas, persiguiendo a los peones, y mostró
dificultades y poder en la muleta del riojano. El “Pantera” quiso todo por
bajo, pidió papeles y quiso pelea en todas sus embestidas. Urdiales anduvo
podido por al animal en los derechazos y arriesgó una barbaridad por el
peligroso pitón izquierdo, corto de recorrido y acabando las embestidas con la
cara por las nubes. Ganó la partida el cornúpeta y todo quedó en vuela al ruedo
regalada y cariñosa tras una estocada caídita y algo atravesada. Muy interesante
el animal, encastado y poderoso.
El
tercero llevaba por nombre “Extravagante”, negro de capa, serio y 500 kilos de
trapio. ¿Quién decía que Madrid pedía tablilla? Humilló de salida, mucho más
que sus hermanos anteriores y se dejó pegar aunque cabeceó en sus dos entradas
al peto, saliendo suelto en ambos encuentros con el jaco. Brindis con polémica
para Ignacio González y firmeza del mexicano citando en los medios. Llegaron
entonces tandas ligadas, de mano baja, pero sin cargar la suerte, lo que quitó
merito a sus derechazos. Molestó también el viento, que no paró de soplar
durante toda la tarde, y Arturo optó por irse al tercio donde más soplaba, algo
inentendible. Como se presuponía se tiró más tiempo templando la muleta que al
toro, que a mi parecer se fue sin probar.
El
segundo de Ferrera llevó por nombre “Heredera”, animal serio y cuajado, con el que Ferrera consiguió lograr los
primeros capotazos ligados de la tarde. Buena pelea del animal en varas,
romaneando en la primera entrada y empujando abajo en la segunda. Se paró mucho
en cambio tras las dos varas, agarrado al suelo y demostrando falta de fondo.
No anduvo fino con los palos Antonio, queriendo resarcirse de ello en el último
tercio, con un animal de nuevo encastado y con mucha movilidad, metiéndose por
el pitón diestro y pidiendo poder al goyesco. Tras un empiece fuerte decidió
acortar terrenos, en parte para quitar poder al animal, que acabó apagándose
como era esperado. Mejor aunque tarde por el pitón izquierdo, abriéndose más, con
largura y humillación. Llegaron entonces los mejores naturales, aunque
excesivamente encima del animal, que a mi parecer tenía mucho más que sacar.
Palmas para el buen nuñez tras un sartenazo muy feo de Ferrera, que no tuvo su
día en la capital.
El
quinto de la tarde fue un castaño de buenas hechuras y colocado de cara.
“Artillero II” de nombre y con 592 kilos
en la báscula, manso y suelto de salida, huyendo del caballo y sin buscar
pelea. Horrendo el espectáculo y la lidia por la inoperancia de los del castoreño,
que no supieron aplicar la lidia de un toro manso. Masacre y durísimos puyazos
ante la estampa dura y fuerte del animal. Buen empiece de Diego por bajo,
sacándoselo a los medios con torería y personalidad. Entre el viento, las dudas
y la falta de fijeza del animal todo quedó en nada.
Cerraba
la tarde “Artillero I” con leña por delante y trapio sobrado para esta plaza.
Portaba un puñal izquierdo para quitar el hipo a cualquiera, aunque las palmas
no sonaron en su salida. Manso en el caballo y exigente en los dos últimos
tercios, con una muy buena lidia de Rivera. Toreó el toro al mexicano, que no
supo encontrarse entre tanto trapazo suelto y descompuesto. Silencio.
Y esto
fue lo que pasó en la Goyesca 2014, que sin duda no pasará a la historia.
Ficha:
Madrid.
Plaza de toros de Las Ventas.
2 de
Mayo de 2014. 8ª de Temporada. Corrida Goyesca.
Toros
de Lozano Hermanos y El Cortijillo (3º y 4º) para:
- Antonio Ferrera: silencio y palmas tras
dos avisos.
- Diego Urdiales: vuelta al ruedo tras
petición y silencio
- Arturo Saldivar: silencio tras aviso y
silencio.
Entrada:
Dos tercios de Plaza.
Por
@castaybravura para @TodoToros
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