Lo de la
plaza de toros de México es un circo mal montado. Que bajo ha caído esa plaza.
Da pena ver tan enorme plaza presa de la mafia taurina. Porque todo huele a
compadreo y fraude.
Miren si
no, las retransmisiones que hace Unicable y que pueden ver en directo por el Plus.
Da grima, espanto, un susto para los oídos, escuchar las falacias encubiertas
de Heriberto Murrieta, capaz de tapar lo intapable.
Lo de
Jorge Murrieta, hermanísimo, y Carlos Yarza ya es para mandarlo a Cuarto
Milenio. ¿Qué ven? ¿Por qué yo no veo eso? Siempre nos quedará
#lapayadelsombrero (bonita chica, salida de la telenovelas, que entrevista a estómagos
agradecidos en los tendidos)
De tener
contento a Herrerías va la cosa. Y pobre del que se descarríe.
Ayer
primer plano de un mutilamiento de pitones de un toro de San Isidro lidiado por
Castella. A Murrieta no se le ocurrió otra cosa que decir que admiráramos las “puntas”
del toro. Creo que la carcajada de todos fue muy alta. Murrieta va camino de
ser el bufón de la México. Mire señor Heriberto, en esa plaza la única que
tiene integridad es su entrevistadora.
Del
encierro afeitado de San Isidro y La Estancia de ayer domingo, destacaron dos
toros de La Estancia, a los que el chute no los afecto del todo. Esta ganadería
al menos se puede ver.
El primero lo desaprovechó Guillermo Capetillo. Vaya petardo que pegó ayer. Decía que se retiraba, luego me entere que no. Del sí y no, debió ganar el si hace más de 14 años. El otro bueno fue para Castella. Hoy veréis y leeréis que cortó dos orejas. Que lastima. Porque fue un triunfo inventado y que no corresponde a lo realizado. La realidad es que se le fue el toro. No estuvo a la altura y eso sí que me preocupa. Atrás quedó ese Castella valiente que además toreaba. Ahora la vela muletera es su repertorio. Y eso duele, porque Sebastián tiene capacidad para más. Y no lo digo yo, me lo dice un Castellista confeso. Y qué decir de Silveti, las mentiras tienen las patas muy cortas.
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